Desde el comienzo de su trayectoria ha mantenido a la par las artes visuales y la gastronomía. El conocimiento de las técnicas que domina, lo ha adquirido gracias a una curiosidad innata por la experimentación; además, de los múltiples talleres que ha tomado con colegas, a quienes considera sus mentores.
Guiada por un apasionado sentido arquitectónico de la realidad, el estilo de sus composiciones es abstracto y geométrico. Para visualizar qué es lo que quiere lograr, la mirada de Pilar encuentra en el horizonte líneas, perspectivas y nuevas construcciones. Sus principales influencias son: Teodoro González de León, Luis Barragán, Mathias Goeritz, Monet y, principalmente, la Bauhaus. De esta escuela recupera la limpieza y simplicidad de las rectas, la perfección y la eficacia.
Además de esos referentes, su gráfica se enriquece visualmente de otros artistas, arquitectos y corrientes contemporáneas, aunque sus influencias no sólo se encuentran en la plástica, pues la música es un elemento que siempre está presente en sus procesos, es parte de su expresión. Cada pintura tiene que ver con el estado de ánimo de la artista, lo que le sucede, la música que escucha.
Así son las sesiones de creación en el taller de Pilar; a su izquierda supervisa los pinceles, el godete y los acrílicos, con el mismo tacto del chef que analiza sus instrumentos y cada uno de los ingredientes antes de preparar un Ratatouille. A su derecha, la compañía de una taza de café, mientras suena la voz de David Bowie, Peter Murphy o Sergio Mendes desde el Spotify de su computadora.
Dentro de su trabajo hay todo un juego de materiales. El papel fabriano es su soporte favorito pues le permite manipularlo e intervenirlo con acrílico. Una vez trazada la pieza, la corta para crear profundidad y dimensión. Agrega algún print o resinas que aportan textura a la obra; después, emplea el hilo para bordarla. En algunas de sus piezas mezcla la fotografía, formando un collage que no conoce límites creativos.
Su producción artística propone una nueva concepción de los términos: línea y geometría. Apreciarlos como genuinos medios de expresión, superando el significado rígido que se tiene de ellos. El movimiento en sus piezas crece, se hace más fuerte en el siguiente trazo. Provoca adentrarnos en la pieza, donde se entabla un emotivo diálogo.
Nunca ha tenido como propósito pintar mecánicamente en series, sino que detrás hay un esfuerzo de conceptualizar la pieza. Busca darle un sentido trascendental, cada creación conserva una espiritualidad interna que habla de la artista. Según la propia Pilar: «Cada obra es una autobiografía».
Pilar reconoce que el arte es el medio de realización por el que logra expresar todas sus emociones. La pintura es su vida, el sentimiento de poder hablar sin palabras.
Más de su trabajo: https://www.instagram.com/pilarfriasg/