Artista e ilustradora mexicana autodidacta que nos invita a repensar la vulnerabilidad como otro tipo de fuerza a través de sus pinturas. Sus obras nos colocan como intrusos invitados a escenas íntimas, en escenarios cotidianos.
Los cuadros de Martha son creados desde una mirada femenina. Su tema de estudio es su propio cuerpo, su entorno y cómo ambos se relacionan y construyen mutuamente. Inspirada en la composición del arte oriental, nos presenta obras abiertas que se construyen de adentro hacia fuera en pequeños espacios de realidad que pinta sobre un instante específico, un momento al que se nos invita interrumpir, para compartir sensaciones con una paleta de colores que funciona bien con las texturas y la falta intencionada de un punto de fuga.
Cada elemento que coloca es esencial en la obra, en este sentido, no encontramos jerarquías visuales. Martha nos da la oportunidad de vagar los ojos libremente en el arte donde crea un mundo que nos habla desde los afectos y las empatías, ver y ser visto. Su trato del cuerpo refleja una visión sin tabús; en ningún momento lo objetiviza o hipersexualiza, la artista lo presenta sin temor de ser “natural”, le devuelve su autonomía y poder al presentarlo en situaciones de fragilidad emocional o física. Podemos observar esto incluso en su trato del paisaje, sus colores son cálidos y la composición es contenida en sí misma. Aun así, no vemos entornos pasivos o escabrosos, sino entornos naturales que sólo necesitan estar presentes y en calma para admirar e imponerse.
Los paisajes que pinta encierran un anhelo por la exaltación poética y las cualidades subjetivas que asociamos con los escenarios celestes, frustrados por la realidad de la urbanización y la vida citadina.
El discurso estético de esta artista nos habla de que no necesitamos ser “fuertes” todo el tiempo. Sobre todo cuando la fuerza se mide constantemente en parámetros físicos, e implica sutilmente la represión sistemática de emociones, ya que son vistas como debilidades. Esto cobra importancia cuando el discurso se relaciona directamente con su ser-mujer y lo tradicionalmente asociado a lo femenino, que sigue siendo retratado como desventaja.
Sus obras son un esfuerzo constante de reivindicar la ternura, el lado suave del carácter y la vulnerabilidad que implican. Ser sensibles a otros, expresar las emociones, y no pasar por alto la fortaleza que podemos encontrar en los momentos de calma y apertura.
Martha nos invita a ampliar nuestra comprensión de lo que significa “ser fuerte”. Sus mundos nos muestran lo necesario que es abrazar todos los aspectos y dimensiones de la experiencia humana, para así encontrar una verdadera resiliencia, habitando la fragilidad.
Más de su trabajo: https://www.instagram.com/majosah/